Por: Abrahán Narcio | Publicado: 18 MARZO 2013

18 de Marzo, ¿festejamos o lloramos?

 

 

Hace 75 años, el entonces presidente Lázaro Cárdenas decidió concluir el conflicto petrolero, expropiando las compañías que también habían mostrado su intransigencia beligerante.

Al final de esa nota, verás donde estan estas ganacias...

Continuamos, este lunes se conmemoró la apropiación legal del petróleo que explotaban compañías extranjeras para convertirse en propiedad de los mexicanos. El histórico suceso tuvo lugar en 1938, durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas del Río.

Pero, ¿Qué es la expropiación?
Es el conjunto de políticas que ejecutan los gobiernos de los países con miras a desprivatizar la producción de petróleo, para reservarse el derecho de explotar y obtener el control mayoritario o total de las ganancias por concepto de exportaciones de este recurso.
En pocas palabras, el gobierno quita a las empresas privadas y se encarga de administrar estos recursos.

¿Que fue lo que detonó esta expropiación petrolera?
Tres años antes del histórico evento, el 27 de diciembre de 1935, se constituía en el país el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana tras varios intentos de las compañías de evitar el proceso. Un incumplimiento de contrato llevó a los trabajadores a que, poco más de un año de formada la asociación, decidieran hacer una huelga, acción que fue respaldada por el gobierno.

Desde su puesto de primer mandatario, el general Lázaro Cárdenas del Río, decidió intervenir en el asunto para que las petroleras extranjeras pagaran su deuda a los trabajadores.

Según datos del portal Industria Petrolera, las compañías alegaban no tener fondos para cumplir con el acuerdo pero una investigación realizada por una comisión formada expresamente para el caso, determinó que las ganancias de estas empresas permitían saldar sin problema la deuda con los empleados.
 
El fallo provocó la molestia de los empresarios extranjeros que amenazaban con irse del país y llevarse sus capitales. La resolución de la Suprema Corte de Justicia incluso obligaba a las compañías a subir sueldos y mejorar condiciones de trabajo.

El presidente Cárdenas buscó un acuerdo garantizando a los empresarios que, de pagar los 26 millones de pesos que se les exigían, los trabajadores levantarían la huelga que llevaban a cabo. Pero en medio de la reunión, un arrebato de despotismo y muestra de desconfianza por parte de uno de los empresarios, apuró al presidente a determinar sin vacilar la expropiación.
Horas antes que se hiciera pública la determinación, las petroleras que habían recibido extraoficialmente la noticia de la decisión gubernamental accedieron a pagar pero la decisión ya estaba tomada.

Así, a las 10 de la noche del 18 de marzo de 1838, el presidente anunció a través de los medios de comunicación la expropiación.

El hecho celebrado por el pueblo mexicano, tuvo como consecuencia el quebrantamiento de las relaciones diplomáticas de los Países Bajos, el Reino Unido y Estados Unidos con México, que decretaron un embargo comercial y retiraron a todo su personal técnico.

Miles de personas de todas las clases sociales se juntaron en todo el país para apoyar la causa e incluso organizaron colectas para cubrir la indemnización que el gobierno debía pagar a las empresas extranjeras. Si bien el suceso contó con la aprobación incluso de la Iglesia y los empresarios más conservadores, no se llegó al resarcimiento.

Pese a lo dificultoso que fue en sus comienzos el desarrollo de la industria, el histórico hecho demostró la capacidad y fuerza del pueblo unido y gracias al cual hoy, la industria petrolera es uno de los recursos más importantes del país.

¿Excelente no? Y ahora quien disfruta de estas riquezas de nuestro país...

:( De un joven que conducía el auto y cargaba las maletas de La Quina, ahora es un hombre que recibió de Pemex mil 408 millones de pesos por cuotas sindicales y apoyos en sólo tres años (2005-2007).

Su expediente en el AGN y una cantidad amplia de trabajos periodísticos muestran que al menos una parte de esos recursos han servido para que Romero Deschamps se entregue a una vida más parecida a la de un empresario petrolero árabe que a un trabajador común y corriente.

Usa un reloj Audemars Piguet, de oro de 18 kilates, que gusta exhibir cuando va apostar a Las Vegas, tiene un yate de 1.5 millones de dólares llamado El Indomable, y un lujoso departamento en Residencial del Mar, una exclusiva zona de Cancún.

Nada extraño para quien demuestra su afecto paterno con un regalo de excepción: el líder petrolero le obsequió a su hijo José Carlos Romero Durán un automóvil Enzo Ferrari con un costo aproximado de 25 millones de pesos.

 

¡Viva México! Por eso todos quieren ser politicos, si no, ve los espectaculares en la ciudad...


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