Una historia para contar | Luis Eduardo "Lalo" Mendoza Mateo

Todos los días se tejen historias de vida en nuestra ciudad y en el mundo, unos van otros vienen de todas las latitudes. Nuestra ciudad es uno de esos pequeños miles de puntos del planeta donde la vida pasa, transcurre por disfrutar, gozar, sobrevivir. Por ello te presentamos esta pequeña historia de “Lalo” quien es un artista urbano de la ciudad de México, quien por alas del destino le toco esta profesión tan difícil como cualquier otra, tan peligrosa como muchas, tan disfrutable como muchas otras, pero que, al fin de cuentas, es el sustento de el y de su familia.

Su nombre es Luis Eduardo Mendoza Mateo, “Lalo” para los amigos, hace unos días llego de las ciudades del sur del país, vienen desde Veracruz de donde es su esposa, vienen acompañados de su pequeña hija de 5 años, y andan de ciudad en ciudad ganándose la vida. El de artista urbano, actuando en los principales cruces de las ciudades, o en las playas donde es costa, su esposa por otro lado vendiendo artesanías, collares, pulseras, cuarzos y poniendo tatuajes de henna en las playas, siempre salvaguardando a su pequeña hija.

Lalo tiene 6 años siendo artista urbano, cuenta con 27 años de edad, lo aprendió de un amigo, con los malabares con clavas, las pelotas, “rebote y contact”, esfera de acrílico y el monociclo, entre otras, vio que era una forma de vida y decidió adoptarla para la suya. Antes de aquí estuvieron en varias ciudades, en Nayarit, Culiacán, van hacia el norte con destino a Tijuana, donde los turistas y los dólares esperan darles buenos resultados, acumular un poco de dinero para regresar a Veracruz y poner su estudio de tatuajes y artesanías, además de que ya su hija entrará a la escuela seguramente en septiembre.

Nos cuenta cosas chidas que le han pasado en los semáforos o cuando hacen “rueda” en lugares turísticos, como la gente los reconoce, les aplaude, los invita a comer, lo felicitan y le dan palabras de ánimos, todo eso es motivante y lo hacen ser mejor cada día. Por otro lado, también le han tocado cosas desagradables, como cuando le avientan con el auto las personas que van con “rabia de tráfico”, le ha tocado ver como asaltan en los semáforos, atropellados, y otras personas como limpiavidrios o sudamericanos que lo corren con cuchillo para que no compita con ellos y no repartir esas valiosas monedas con el de los automovilistas.

Empieza su exhibición diaria desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la mañana, evitando las horas más fuertes del sol, vuelve como a las 4 hasta el atardecer, claro con sus descansos y estar con su familia al medio día. Su sueldo diario es de alrededor de +300 pesos diarios, a veces más, a veces un poco menos, con ello debe pagar hotel, comida de la familia y guardar para seguir viajando, los fines de semana y las familias es cuando tiene un poco más de monedas.

Lalo nos cuenta que como artista desayuna malabares, come malabares y cena malabares, tantas horas de trabajo diario es lo que lo ha llevado a perfeccionar esta arte circense, cuenta con alrededor de 4 actos diferentes para poder ofrecer estos espectáculos de 50 segundos o menos en cada ciudad que visitan.

Cada moneda que le llegan a dar suma para su causa, está muy agradecido con los habitantes de cada ciudad que lo ayudan a cumplir sus sueños, nos invita a tomar su lugar y tener un poco de empatía, con o sin moneda, disfruten del espectáculo ya que es gratis y con todo gusto para ellos, si desean motivarlo con una moneda, agradece la intención y apoyo para el y su familia.

Si ves a Lalo o su esposa en la ciudad, apóyalo, con un saludo, un grito de apoyo o una moneda, cada día es nuevo, hay que echarle ganas y salir adelante, mientras el seguirá dando lo mejor de el para nosotros.

¡Buen viaje Lalo!

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