Edición 2016 | No. 43


Con la ópera Un Elixir de Amor cierra el Festival Cultural Sinaloa 2016 en Los Mochis

Fue un final excepcional, una noche plagada de talento con la participación del Taller de Ópera de Sinaloa y el Coro de la Ópera de Sinaloa que interpretaron la ópera Elixir de amor, de Gaetano Donizetti teniendo como escenario la Concha Acústica de la EVA, marcando así el cierre del Festival Cultural Sinaloa 2016, que organizó el gobierno del estado a través del Instituto Sinaloense de Cultura en coordinación con los diferentes municipios y la Secretaría de Cultura del 11 al 23 de octubre, logrando en esta última edición, de esta administración, uno de los objetivos del ISIC de llegar a los 18 municipios del estado.

La ópera, para la que se recreó un campo agrícola típico de Sinaloa, logró mantener atento al público de principio a fin disfrutando a los artistas cantando las partes de la cosecha de verdura y de la frustrada boda, y un Nemorino interpretado por el tenor Héctor Coyol cantando arias memorables como son Quanto e bella y Una furtiva lágrima.

Bajo la dirección del maestro Carlos Serrano, y acompañamiento al piano de la maestra Zlatina Valkova y de Aldo Tercero, el rol principal de Adina estuvo a cargo de Arisbé de la Barrera; mientras que la mezzosoprano Fernanda Peña interpretó a Giannetta ; el tenor José Manuel en el papel del sargento Belcore ; Ezequiel Cervantes, excelente en su papel como el charlatán de feria Dulcamara;

En un escenario lleno de jabas de plástico y baldes para la recolección y clasificación de fruta en los campos y empaques, Nemorino contempla extasiado a Adina, la patrona, que lee un libro, y lamenta que nunca podrá aspirar a su amor. En un descanso, ella les lee el cuento de Tristán e Isolda, una historia de amor paralela en la que Tristán suspira por la cruel Isolda, que no lo ama, pero el problema se resuelve con un filtro o elíxir de amor. Ello inspira una esperanza en Nemorino.

Es fin de semana, día de raya, y los jornaleros gastan su sueldo entre los vendedores de ropa y otros objetos en las afueras del campo agrícola. Nemorino sufre porque Belcore anda enamorando a Adina. Dulcamara con su carreta cargada de pócimas, llega al lugar y ofrece un elíxir curalotodo, con gran éxito, y Nemorino, recordando la historia de Tristán e Isolda, pregunta si no tendrá un elíxir para conseguir el amor de su dama.

El charlatán, que nunca desperdicia una oportunidad de conseguir unos pesos más, le vende –cara- una botella de vino de Burdeos, con la esperanza de que cuando se dé cuenta del engaño él ya estará lejos.

Una serie de eventos afortunados fueron labrando la buena fortuna de Nemorino. El vino solo le emborracha, pero cuando Belcore y Adina planean casarse, un repentino suceso puso todas las cartas a su favor y Adina terminó dándose cuenta que en realidad a quien ama es a Nemorino, quien al final puede realizar su sueño de amor.

Participaron en el montaje el Coro de Ópera de Sinaloa, que dirige el maestro Marco Antonio Rodríguez, bajo la dirección escénica a cargo de Marcela Beltrán, y como maestro vocal, David Ramirez; así como el Taller de Ópera que es dirigido por el maestro Carlos Serrano.

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