Sergio Garzón rinde homenaje a María Luisa Lizárraga

El pasado 4 de agosto se dio inicio al primero de una serie de 3 recitales al piano en homenaje a María Luisa Lizárraga (1936-2011), originaria de El Rosario, Sinaloa y como dato importante perteneciente a los Concertistas de Bellas Artes. Mencionado evento estuvo a cargo de Sergio Hugo Garzón Gastélum, quien para la ocasión vistió de gala, dando apertura con el recital en punto de las 18:00 horas en las instalaciones del Centro de Innovación y Educación (CIE).

El artista se colocó en el gran piano de cola (negro, Balwin concert, modelo SD-10) y fue desglosando una a una las piezas del repertorio, las dos primeras obras Preludio BWV 999 e Invension BWV 775 No. 4, ambas del reconocidísimo compositor alemán J. Sebastian Bach. Luego le siguieron dos más, pero esta vez del italiano M. Clementi, Sonatina en do mayor y Sonatina en re mayor. Garzón Gastélum detonó talento en cada presentación, pero claro estuvo cuando hizo una interpretación de Sonatina No. 12 K332 del compositor austriaco W. A. Mozart.

El público se mostró atento aplaudiendo al final de cada pieza en forma de gratitud y recompensa por el esfuerzo de Garzón, quien con mayor entusiasmo extendió el listado musical con Preludio Op. 28 No. 15, Preludio Op. 28 No. 4 y Nocturno Op. 9 No. 1 del compositor del romanticismo Fréderic Chopin de origen polaco, demostrando así la destreza que ha adquirido a lo largo de años de estudio, con el maestro Adolfo Hernández de la Mora (q.e.p.d.), estudios formales en la Escuela Vocacional de Artes de la EVA, bajo la dirección de Kevin Algándar, maestro que a su vez se formó en la tutela de la homenajeada.

El pianista en otras ocasiones ha ejecutado melodías de corte clásico tanto en la EVA como en el CIE. Participó en el concierto de clausura de la última edición del Congreso de Música organizado por el mismo centro.

En la recta final, se escucharon las notas que componen Intermezzo, una de las piezas más reconocidas de Manuel M. Ponce, compositor mexicano que viviera a finales del siglo XIX y a mitad de siglo XX. Así pues, con los aplausos de su público, la motivación de sus amigos, su maestro Algándar, y su familia, el artista presentó al clarinetista José Pablo Ayala Padilla, con el fin de disponer, crear deguste y cautivar juntos en el cierre con Aria del violinista y compositor francés, Eugene Bozza.

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