José Manuel Chu en el Festival Cultural Sinaloa 2015

La imponente voz y carisma del tenor José Manuel Chú se adueñó del respeto y admiración de los asistentes al concierto que ofreció en el CIE como parte de los festejos del Festival Cultural Sinaloa 2015 donde regaló una exquisita velada musical dirigida por el pianista y arreglista Ángel Rodríguez.

El concierto estuvo compuesto en dos partes, la primera con ópera clásica con piezas italianas para continuar con algunas de las canciones más representativas de la música folclórica de México.

La primer pieza interpretada fue Gia il sole dal Gange de Alessandro Scarlatti, dándose tiempo para explicar a la audiencia el significado de las letras. Se continuó con otras canciones italianas de Francesco Paolo Tosti como; Ideale, Malía, y Musica Proibita. También se tocaron; Non ti Scordar di me de Ernesto di Curtis y Core ´Ngrato de Jules Massenet, ambas muy aplaudidas.
La primera parte culminó, y José Manuel Chú salió del escenario para prepararse para el resto del programa, sirviendo ese espacio para que Ángel Rodríguez reforzara aún más sus dotes en el piano interpretando la pieza Los pájaros perdidos, de Astor Piazzolla.

El tenor regresó al escenario con un aire menos formal y con el acompañamiento de otros instrumentos y la incursión de un bajista y un percusionista que ayudarían con la segunda parte del concierto.

Así pues, dio inicio la fiesta donde José Manuel Chú mostró incluso su talento y gracia para bailar algunos alegres temas que causaron una gran algarabía entre el público poniéndolos a cantar y a mover los pies al sonar de algunas de las canciones más representativas de la música mexicana, entre otras, cubanas y puertorriqueñas.
La segunda parte empezó con el clásico cubano Siboney de Ernesto Lecuona y Ya no me quieres de María Grever, haciéndose merecedoras de la ovación de pie con una calurosa lluvia de aplausos.

La locura vino con Flor de Azalea del mexicano Manuel Esperón, una de las canciones más cantadas y vitoreadas de la noche y El andariego de Álvaro Carrillo, en donde un feliz José Manuel Chú, interpretaba con expresiones faciales y corporales el sentimiento de cada melodía.
La audiencia entregada completamente por el carisma y talento de José Manuel Chú se emocionaba cada vez más con canciones como; Lamento Borincano de Rafael Hernández, Piel Canela de Bobby Capó y No de Armando Manzanero.

En un momento especial José Manuel Chú recordó a su padre, quien gustaba de cantar El Jibarito, pieza que cantó en su honor, misma que dedicó a su madre que se encontraba entre el público.

Ya casi para culminar, el tenor presentó a uno de sus más grandes orgullos, su hija, quien interpretó dos piezas, Nel Cor Più Non Mi Sento de Giovanni paisiello y o mío babbino caro de Giacomo Puccini, convirtiendo a su padre, de ser el artista a ser un espectador, ya que tomó asiento entre el público para escuchar la interpretación de su talentosa hija.

 

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