Excelsa presentación de Karina Jiménez en el Festival Cultural Sinaloa 2015
Fue una mezcla perfecta de música, canto y vigoroso baile la que ofreció Baraka Ensamble, agrupación veracruzana que logro la integración de la música del son jarocho al lenguaje modal árabe con el espectáculo, Árbol de tres raíces, en el marco del quinto día de actividades del Festival Cultural Sinaloa 2015, Una nueva época.
Antes de iniciar el espectáculo, el escenario fue envuelto en pétalos de rosas, como anunciando que sería un espacio tocado por el encantamiento de la fusión de raíces que nutren las tradiciones y unen a las culturas árabe y jarocha.
El deleite  audiovisual comenzó con el tema Las arenas de Amon, con danza a cargo de  Claudia Llanos, especialista en danzas de Medio Oriente y de la India quien  mostró sus dotes dancísticos al ritmo de los músicos Immanuel Aguilar en el oud  egipcio, riq y el saggat; Alejandro Sierra en las percusiones (darbuka, riq  bendir y cajón flamenco), Aldo Flores en el oud turco, e instrumentos de  aliento: douduk armenio y nay árabe, y Jedidiah Thomas, cantante, percusionista  y jarana.
      Los músicos  interpretaron piezas como Alfa laila, y luego Mashalá, una composición de  ellos, con la bailarina portando un ropaje tornasol negro.
Tocó turno  de resaltar las raíces jarochas y fue entonces cuando Baraka ejecutó la pieza  El cascabel, cantada con instrumentos árabes y sólo la jarana mexicana, en un  estilo arabesco, que trata de remarcar las lejanas influencias merced a la  invasión árabe a España hace muchos siglos.
      Le siguieron  Zeina (cantada en español antiguo), Bresarika, y Tuareg, en el que la  bailarina, a ataviada de negro con un vestido con líneas de color y velo negro,  lució plenamente sus aptitudes en una danza larga, enérgica y fascinante.
Luego, tocaron la pieza Ana fi intizarak y Opaz y Galilgamal, siguieron el tema de origen sefardí Puncha Puncha, cantada a capela por Jedidiah Thomas.
No podía faltar El fandanguito, un tema veracruzano con orígenes en la vieja España, y que la bailarina cerró con un vestuario de colores con motivos negros, evocando los atuendos jarochos y con pasos de baile que recrean los zapateados veracruzanos.
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